miércoles, 12 de mayo de 2010

La Luna


El otro día me estaba revolviendo en la sábanas porqué no podía dormir. Me levanté de la cama y fui al baño. Cuando salí del baño vi que por la ventana de la terraza entraba un pequeño rayo de luna. Entonces, extasiado por la hermosisima luz, abrí la puerta y salí a la terraza.

Al salir descubrí que todo el cielo estaba recubierto por un lienzo de pequeñas estrellas relucientes mirándome vergonzosas, y una preciosa luna color blanco reluciente. Apollado en mi mano derecha y mirando fijamente la luna, me quedé mirándola con la mente en blanco, sólo pensando en volverte a ver.

Al cabo de unos minutos, vi como una pequeña estrella fugaz se asomaba por detrás de la luna. Cuando la vi pensé un deseo, el más querido y imposible; que volvieras junto a mi.

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